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El punto de partida de cualquier negocio es la idea. El proceso de generación de ideas está fuertemente ligado a la creatividad, pues es esta última la que nos va a ayudar a encontrar esa idea tan atractiva para la sociedad que podrá aportarnos valor. Hoy en día en la idea, también se valorará fuertemente el grado de innovación. Por lo cual, creatividad e innovación, nos llevan a concluir que a la hora de crear una empresa la imaginación es un elemento clave.
La idea puede surgir de las carencias que vemos a otras empresas, de las necesidades del mercado observadas, de hobbys, de puestos de trabajo anteriores, de nuestra experiencia, estudios, de la observación de otros mercados en el extranjero, internet, de franquicias, por la observación de los cambios económicos, cambios de tendencias…
Son varias las fuentes que nos pueden proporcionar nuestra idea de negocio, pero debemos tener claro que el elemento fundamental en cualquier idea de negocio, para llegar a ser un verdadero emprendedor y diferenciarnos en el mercado del resto de competidores, es la creatividad e innovación.
Cuestiones previas sobre la idea
¿Se puede crear una empresa a partir de cualquier idea de negocio? La respuesta naturalmente, es no.
El producto o servicio que se pretenda lanzar al mercado habrá de reunir un conjunto de atributos (características) que permitan SATISFACER las necesidades de las personas que lo integran. La satisfacción de necesidades garantizará el éxito del proyecto empresarial.
Como consecuencia, resulta primordial la realización de un estudio de ese mercado con la finalidad de detectar:
- Las necesidades que no están siendo cubiertas (atendidas, satisfechas) o lo están parcialmente.
- Necesidades que están siendo cubiertas por un número reducido de empresas, posibilitando el mercado (mayor demanda de los clientes que oferta de las empresas existentes) la entrada de una nueva empresa.
- Si es posible satisfacer una necesidad de una forma diferente ha como lo hacen el resto de empresas y proporcionar un mayor valor añadido al cliente.
- Si es posible crear una nueva necesidad.
Descubiertas algunas de las necesidades anteriores se deberá crear un producto o servicio cuyos atributos (calidad, materia prima utilizada, diseño, envase, asistencia técnica, servicios posventa, etc.) puedan satisfacerlas.
Será necesario también, que exista el deseo de satisfacer esa necesidad, a través de la compra y consumo de ese producto o servicio, así como disponer de los recursos económicos suficientes para su adquisición.
La unión de necesidad, deseo y capacidad de compra, determinará la demanda que tendrá la empresa, debiendo ser ésta suficiente para que la futura empresa sea viable (tenga futuro).
Materializaremos una idea de negocio en una empresa, siempre y cuando sea realista (que se pueda hacer) y viable; es decir, cuando los ingresos que ésta genere permitan cubrir gastos de explotación de la empresa (salarios, compra de mercancía o materia prima, gastos de asesoría, etc.), recuperar la parte proporcional que corresponda de la inversión realizada en el momento de constituir la empresa o momento posterior, retribuir a sus socios y obtener un excedente para incrementar los recursos económicos de la empresa y poder crecer en el futuro.
La viabilidad de la idea se puede analizar a través de la elaboración de un Plan de Empresa.[1]
Idea + Recursos y Habilidades = Oportunidad de negocio
Cualidades del emprendedor
Un emprendedor es una persona que concibe una "idea" y que es capaz de llevarla a cabo, a pesar de los obstáculos y de la oposición directa o indirecta de la mayoría de las personas que lo rodean.[2]
Todo lo que existe es obra de una acción emprendedora de alguien en el pasado. ejemplo: • un grupo de teatro • un equipo de béisbol • una empresa • un país • Todas son construcciones sociales, son creaciones del impulso emprendedor de alguien.[3]
Un emprendedor es distinto de un empresario – Ser empresario es el quehacer del dueño de una empresa. – Muchos emprendedores son empresarios , pero no todos los empresarios son emprendedores –
EMPRESARIO
El significado de la palabra empresario puede abordarse desde varias perspectivas. La definición tradicional considera al empresario como la persona que aglutina los recursos e integra los factores de producción (la tierra, el trabajo, los recursos materiales y el capital), para producir bienes y servicios que son demandados por la gente. Por su parte, Frank H. Knight presente al empresario como un asegurador de rentas, de manera que el beneficio empresarial es la recompensa que recibe aquél por asumir riesgos. El empresario debe efectuar las siguientes predicciones o estimaciones económicas:
Conocer las necesidades de la demanda (consumidores) y conocer el mercado.
Fijar unos precios o adaptar sus costes al precio de venta estimado en el momento de venta de los productos en el mercado.
En caso de acertar en estas predicciones obtendrá un beneficio o retribución por su capacidad de asumir un riesgo. En cambio, si el empresario se equivoca, sus costes serán superiores a sus ingresos y obtendrá pérdidas. La base del éxito está en el conocimiento y la información que posea sobre la economía y sus agentes.[4]
EMPRENDEDOR
Según Pedro Nueno el emprendedor “se hace y no nace”. El profesor Nueno lo explica así: “Evidentemente hay gente que nace con más habilidades para ser nadador, pero si no entrena no consigue nada. Nadie nace para ser emprendedor, porque éste se hace a base de experiencia y luego hay vivencias en la vida que lo facilitan: ejemplos, modelos, educación, etc.”.
Un emprendedor es la persona capaz de percibir una oportunidad de negocio, y ante ella formula libre e independientemente una decisión de consecución y asignación de los recursos naturales, financieros, tecnológicos y humanos necesarios para poder poner en marcha la empresa, que además de crear valor adicional para la economía, genera trabajo para él y muchas veces para otros. En este proceso de liderazgo creativo, el emprendedor invierte dinero, tiempo y conocimientos y participa en el montaje y operación de la empresa, arriesgando sus recursos y su prestigio personal pero buscando recompensas monetarias y personales. A partir de la anterior definición deben hacerse dos comentarios. En primer lugar, la sensación de optimismo, proactividad y desafío; porque el emprendedor es la persona capaz de acometer un proyecto (a veces no aceptado ni entendido), superando los obstáculos que se le presenta sin distraer energía en aquello que no apunta hacia su meta y sin temor al fracaso. El emprendedor no pierde el tiempo hablando de los errores sino que los convierte en experiencia. En segundo lugar, la capacidad de convertir una idea en oportunidad de negocio porque es alguien que sabe ver algo que otros no ven. La actitud emprendedora no se limita a los individuos que buscan un beneficio económico a partir de actividades comerciales.
En el éxito empresarial intervienen muchos condicionantes la suerte es uno de ellos, pero hay otros de tipo externo que deben darse para que una idea de negocio; se convierta en una oportunidad:
Que la estructura de mercado sea atractiva.
Que en el momento que aparece la idea, el emprendedor tenga las capacidades y los recursos necesarios para permitirle hacer “algo” de forma diferente y más ventajosa que otros.
A continuación se exponen algunas características muy personales de un emprendedor porque la idea de negocio surge en su mente y el proceso de puesta en marcha se asimila a la realización de un sueño.
Factores de
motivación
Necesidad de logro. Necesidad de cultivar el “ego”.
Necesidad de reconocimiento y desarrollo personal.
Percepción de beneficio económico.
Necesidad y deseo de independencia.
Características
Personales
Orientación a la acción y a la toma de iniciativas.
Auto-confianza en las propias posibilidades, perseverancia y dedicación.
Orientación hacia la oportunidad. Capacidad para mantener una actitud abierta frente al entorno y con una buena predisposición a encontrar oportunidades no detectadas por otros.
Capacidad para trabajar duro, con energía… pero racionalmente.
Características
Intelectuales
Creatividad, imaginación, flexibilidad y espíritu innovador.
Planificación y seguimiento sistemático de resultados.
Capacidad para reconocer carencias y limitaciones desde el punto de vista directivo y habilidad para cubrir estos puntos débiles.
Capacidad para analizar el entorno.
Capacidad e intuición para resolver problemas.
Competencias personales
Liderazgo personal.
Orientación al cliente.
Capacidad para conseguir recursos.
Capacidad organizativa y de administración de recursos.
Capacidad de comunicación y disposición de una red de contactos.
Algunos estudios relativos al comportamiento de los emprendedores muestran que en general, éstos generan y consideran muchas ideas de manera más o menos simultánea. En primer lugar, se filtran para descartar las ideas menos prometedoras, a partir del conocimiento del mercado y el entorno. En algunos casos parece que las nuevas empresas surgen para hacer frente a necesidades detectadas por el emprendedor en su faceta de consumidor y trabajador.[5]
Como categorías de emprendedores, la bibliografía existente, destaca las siguientes:
Personas que crean la empresa buscando una alternativa ventajosa a su fuente de ingresos actual.
Personas que crean su empresa con voluntad de crecimiento y desarrollo de la misma. Este perfil es el que más aparece en los libros de texto: es el creador de una empresa
El emprendedor inversor que dispone de un patrimonio y lo gestiona, para obtener el mayor rendimiento posible, analizando las alternativas existentes.
El emprendedor especulador que trata de aprovechar las variaciones de precios, utiliza la información para comprar y vender con ventaja, no crea valor, sino que lo redistribuye a favor suyo. Este perfil se puede definir como “buscador de oportunidades”
El empresario a ratos libres, que no tiene ninguna voluntad de permanencia
El emprendedor innovador es aquel que inventa algo nuevo, y a partir de ese invento intenta desarrollar, producir y vender en plan empresarial este asunto.[6]
DIFERENCIA EMPRESARIO EMPRENDEDOR
Sería una ingenuidad pensar que la empresa es simplemente la materialización de la idea del empresario: el par rentabilidad – riesgo es consustancial a cualquier empresa y el emprendedor debe ser una persona dispuesta a asumir riesgos, a predecir los cambios del entorno con suficiente antelación y a evaluar la repercusión de estos cambios en las actividades de la empresa. En general debe ser capaz de asimilar el impacto del entorno, tanto los cambios sociales, como los económicos, tecnológicos o políticos.[7]
Test de aptitudes emprendedoras
Como ya hemos dicho en reiteradas veces, el emprendedor no nace, se hace. Por ello hoy en día existen multitud de técnicas, dinámicas, talleres, test…. Que nos ayudaran a despertar el espíritu emprendedor.
Autodiagnóstico de Actitudes Emprendedoras : Herramienta de la DGPYME, que permite dar un diagnóstico a los emprendedores y ofrecer una serie de recomendaciones que le ayudarán a estar preparado para iniciar su proyecto.
Fuentes de generación de ideas
Las ideas de negocio pueden surgir por varias razones. Algunas de ellas son:
Observación del entorno
- Observación de la vida económica
- Observación del medio de trabajo
- Observación de la vida cotidiana
- Observación de los cambios sociales
- Observación de las ideas de los demás
- El interés personal y los Hobbies
- El abandono del empleo actual
2. Una oportunidad de negocio
- Una actividad conocida
- Nueva aplicación de tecnología conocida
- Una nueva manera de competir en el mercado
Nuevos canales de distribución
Identificación de nuevos consumidores
- Construir sobre habilidades personales
Innovación tecnológica
Innovación en la organización de la empresa
Para que surjan estas ideas, también podemos utilizar diferentes métodos de generación de ideas.
El descubrimiento de una idea es sin duda el primer paso para crear una empresa. Sin embargo, las ideas no surgen espontáneamente la persona dispuesta a crear una empresa debe ser capaz de hacer una serie de conexiones mentales poco evidentes para la mayoría de la gente. Se trata de un proceso mental creativo que empieza con la generación de ideas que son analizadas para distinguir entre lo que es una simple idea y lo que es una oportunidad de negocio.
La creación de una empresa, así como su supervivencia, está cada vez más ligada a un proceso de innovación. Dicho proceso sólo se mantendrá con altos niveles de creatividad e imaginación. Los límites para la generación de ideas se encuentran en la propia imaginación. Esta circunstancia debe tenerse presente, tanto si la idea va dirigida a la creación de una nueva empresa como a la renovación y/o ampliación de los productos y/o servicios ya existentes. [8]
Por lo tanto, ya sabemos que dos elementos fundamentales para la generación de ideas, son la CREATIVIDAD y la INNOVACIÓN.
Como se ha dicho anteriormente, el proceso de generación de ideas, o la creatividad, no es una cualidad innata en todas las personas. La creatividad externa es un proceso de ayuda para generar ideas a partir del entorno o mundo exterior. Se estimula la creatividad mediante la curiosidad por los nuevos descubrimientos, las nuevas ideas y, en general, por todo el mundo exterior. De este modo se va acumulando toda una serie de información, hechos, impresiones, imágenes e ideas, que facilitan el golpe inesperado de inspiración necesario para la creación de una empresa.
Se puede generar ideas a partir de un hobby, de saber aprovechar los cambios sociales y tecnológicos, de buscar una solución a una carencia o fallo de la sociedad o mejorando una idea ya existente. Para favorecer el proceso de generación de ideas hay un sinfín de técnicas creativas (…) Nadie es más creativo por conocer más técnicas. [9]
La creatividad, la generación de ideas, pueden tener como método la curiosidad, por lo cual, debemos de desarrollar la curiosidad, para así obtener un método y técnica de generación de ideas.
Desarrollo de la curiosidad
Examinar le corroe – basura antes de depositarlo en el contenedor para el reciclado.
Observar las tendencias en publicidad, marketing, nuevos productos y valores.
Escuchar emisoras de radio diferentes para tener una variedad de perspectivas.
Comprar revistas distintas en quioscos de prensa.
Observar la arquitectura de los edificios, el tráfico de la ciudad, los mercados, etc.
Visitar grandes almacenes o hipermercados, para observar las técnicas de merchandising, la zona de cajas, los artículos de compra impulsiva, etc.
Visitar tiendas que resultan extrañas, examinando al azar lo artículos que se venden.
En un país extranjero, visitar supermercados y grandes establecimientos de ferretería y bricolaje para ir tomando nota de las diferencias advertidas en los productos, las herramientas y los procedimientos comerciales utilizados.
Visitar una exposición industrial o una feria de muestras.
Visitar librerías y bibliotecas.
Visitar tiendas en las que no se suele entrar. Las papelerías, ferreterías y establecimientos de bricolaje son fascinantes.
Adoptar el punto de vista de otra persona. Aquí hay que emplear la conjunción “si”. Por ejemplo, si usted fuese el cliente, ¿qué impresión sacaría?[10]
A parte de la curiosidad, otros posibles métodos de generación de ideas:
Mantener un estado de espíritu crítico y constructivo. Fijarse una cuota de ideas (por ejemplo tres ideas nuevas cada día durante una semana).[11]
Disponer de un registro de ideas, experimentando con diferentes métodos de captación de ideas. Revisar periódicamente las ideas anotadas en una libreta para buscar conexiones entre una idea del registro y la situación o experiencia presente.[12]
Centrarse en capos en los que ya se tiene una cierta experiencia.[13]
Formar parte de clubs o grupos de debate donde se expongan ideas (asociaciones, ateneos, foros, etc.). Asistir a tantas conferencias, seminarios y coloquios como sea posible. Hay ciertos lugares que de repente comienzan a transformarse en centros generadores de ideas, de innovación muy grandes. Un grupo creativo que se autoestimula acaba transformándose en algo muy positivo. El fenómeno del centro creativo se supone que funciona como una espiral. Un gran profesor de una universidad atrae nuevos talentos y estos acaban suministrando ideas nuevas y, a través de interacciones y estímulos crecientes, el centro se desarrolla.[14]
Hablar con alguien de fuera del campo e actuación. En todos estos casos el objetivo es extraer la creatividad de los extraños encontrados por casualidad.[15]
Leer de forma activa (marcando, fotocopiando, tomando apuntes, etc.) libros de biografías o del tipo “¿Cómo?” sobre temas variados (trabajos manuales, automóviles, carpintería, jardinería, etc.). Al leer libros se pueden hacer prácticas pensando en soluciones para cualquier problema que aparezca en el los mismo antes de que se haya solucionado. Este era uno de los ejercicios del presidente J.F. Kennedy.[16]
Cuestionario de Auto-evaluación
Cuaderno nº 1 La Idea, el proyecto y la persona emprendedora, del programa Emprendedores RuralEs de Canarias: n1_laidea_elproyecto_lapersona.pdf
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